Sin Trabajo, No Hay Alimentos: Cada Uno Haciendo su Parte

¿Deberíamos centrarnos en lo que podemos sacar de la vida o en lo que podríamos dar? En Tzu Chi, nuestro enfoque siempre es en dar.

Desde su inicio como monja budista, la Venerable Maestra Cheng Yen hizo un voto de nunca aceptar limosnas para mantenerse a sí misma ni a sus discípulos. Aunque sus discípulos eran monásticos, la maestra también esperaba verlos involucrados en ayudar a la comunidad en lugar de perseguir únicamente sus cultivos espirituales. Una vez que se estableció la fundación Tzu Chi, esta filosofía hizo posible que todas las donaciones recibidas a través de las alcancías de Bambú se usen para el beneficio de la gente.

Hasta hoy, las monjas quienes residen junto a la maestra en el Jing Si Adobe en Hualien, Taiwán, trabajan diariamente, siguiendo la regla de “Sin trabajo, no hay alimentos”. Una regla transmitida por el Maestro Zen Bai Zhang de la antigua  Dinastía China Tang. Además de la agricultura, el servicio de limpieza y la preparación de alimentos, las monjas fabrican productos Jing Si para la venta. Con eso, pueden cubrir los gastos diarios. Estos productos también llevan un mensaje espiritual, y ambiental inherente, por el cual suele llevar a uno hacia un estilo de vida cada vez más consciente y amigable con la madre naturaleza.

Jing Si Adobe es el hogar espiritual para todos los miembros y simpatizantes de la fundación Tzu Chi; en Taiwán como en el mundo. Muchos visitan aquel centro anualmente, buscando avanzar sus cultivos espirituales cerca de la maestra y otros miembros de la comunidad budista. Las monjas quienes viven dentro también trabajan para proporcionar alojamiento, espacio para llevar a cabo reuniones y hasta servicios de oficina, entre otras necesidades, para los visitantes de forma gratuita.

La visión de la maestra Cheng Yen: “cada uno hacer de su parte” refleja cómo podemos dar y maximizar nuestro beneficio hacia los demás. Aquella visión se extiende más allá de la comunidad monástica. Aunque cada uno de los voluntarios tengan obligaciones laborales y familiares, acomodan el tiempo para ofrecer sus servicios a otros. Esto incluye tardes, fin de semanas e incluso períodos completos de vacaciones. Al unirse a las misiones de socorro, aquellos voluntarios también contribuyen en pagar sus pasajes y los gastos que incluyen durante el viaje.

La misión fundamental de Tzu Chi de donación continua y desinteresada es un acto inmenso de bondad inspirado en las enseñanzas, y orientación de la Venerable Maestra Cheng Yen, transformando la visión de lo que realmente significa la felicidad.

Deberíamos usar nuestro tiempo y nuestras habilidades para ayudar a todos los seres vivos. Cuando damos generosamente a los demás, sentiremos que nuestras vidas son reales y significativas. No sentiremos que nuestras vidas han sido desperdiciadas. Llevaremos así una vida feliz.

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